Tonifica los músculos faciales y alivia la tensión. La mayoría de la gente tiende a acumular mucha tensión en su rostro. Cuando nos sentimos estresados, cansados o concentrados, tensamos la frente y el área de los ojos, lo que provoca arrugas con el tiempo. Un par de minutos de masaje facial al final del día ayuda a liberar esa tensión. Procura siempre utilizar movimientos de elevación, especialmente a lo largo del cuello y el
área de la mandíbula, para mantener la piel tensa y con vitalidad.
Libera toxinas. El uso de muchos productos de belleza, factores ambientales y el ajetreo y el bullicio de la vida cotidiana puede hacer que las toxinas se acumulen en nuestra piel, contribuyendo a las líneas finas, hinchazón y brotes de acné . Los masajes faciales aumentan el flujo sanguíneo, activan el drenaje linfático de la cara para eliminar los desechos y las toxinas y mantener la piel fresca y limpia, tanto por dentro como por fuera.
Estimula la circulación. El propio movimiento de un rápido masaje facial envía una oleada de sangre y oxígeno a tu piel. Este aumento de flujo desinfla la hinchazón (especialmente en el área debajo de los ojos), ilumina el tono de la piel y ayuda a desintoxicarla). Más oxígeno enviado a la piel equivale a una mayor producción de colágeno y crecimiento celular, lo que resulta en una tez suave y radiante. Para llevar a cabo un buen masaje necesitas una buena crema o loción.
Mejora la absorción del producto. Masajear tu rostro con los dedos hacia arriba y realizar movimientos de elevación es una manera maravillosa de ayudar a que tus productos favoritos, como la crema hidratante y el suero, se absorban mejor en tu piel. Además, es también una manera de hacer que su rutina diaria de cuidado de la piel se sienta aún más como un momento relajante y de auténtico cuidado personal.Relajación. Dejando a un lado los beneficios del cuidado de la piel, los masajes faciales son tan buenos para aliviar la tensión muscular como para calmar la tensión emocional. Te ayudan a sentirte más relajada y cómoda al final de un largo día.